Cadáver exquisito: Cuando el hambre se llama humanidad

Una reseña cruda, afilada y con olor a miedo recién cortado.
Cadáver exquisito

Hay libros que se leen con el estómago. Este se lee en contra del estómago. Porque lo que Bazterrica narra no es ficción: es espejo con olor a matadero.

Ficha mínima (y con cuchillo)

Autora: Agustina Bazterrica

Año: 2017

Páginas: 224

Género: Distopía, terror social, realismo carnívoro

Advertencia: No es para estómagos sensibles. Tampoco para conciencias cómodas.

Índice

¿De qué va Cadáver exquisito?

La premisa es brutal: tras un misterioso virus que vuelve incomible la carne animal, la humanidad encuentra una solución… empieza a criar humanos para consumo.

Sí, lo que suena a pesadilla caníbal se convierte en política de Estado, negocio industrial, rutina diaria. Lo monstruoso ya no es matar: es no cuestionar.

Porque en esta sociedad, comer personas es normal.

Lo anormal es sentir algo al respecto.

Bazterrica no da tregua. No decora. No filtra.

Nos lanza a un mundo donde el lenguaje se esteriliza para evitar pensar: ya no son personas, son “cabezas”. Ya no se asesina: se “procesa”.

Y el horror no está en lo que se hace, sino en cómo se tolera.

Antítesis que cortan como bisturí

  • El lenguaje es aséptico, pero las acciones son bestiales.
  • La carne es humana, pero el apetito es inhumano.
  • El protagonista obedece, pero algo en él grita.
  • Todo está regulado… excepto la empatía.

Bazterrica construye una distopía que no necesita zombis ni IA asesina. Solo burocracia, marketing, consumo y una resignación muy parecida a la nuestra.

Porque no es un libro sobre canibalismo.

Es un libro sobre lo que estamos dispuestos a hacer —o ignorar— para sostener nuestra comodidad.

¿Y el protagonista?

Marcos trabaja en un frigorífico de carne humana.

Es eficiente, correcto, silenciosamente roto.

Arrastra un duelo, una culpa, un vacío que apenas disimula.

Y entonces le entregan “una cabeza hembra viva” como regalo.

Y ahí empieza la grieta.

El dilema ético ya estaba, pero ahora late. Respira. Tiene ojos.

Y Marcos tendrá que decidir si puede seguir cortando en cubos algo que empieza a parecerse demasiado a sí mismo.

El estilo: frío, quirúrgico, preciso

Bazterrica escribe como quien ya no espera que la literatura salve el mundo, pero igual deja constancia del crimen. Su prosa es seca, contenida, tensa. No hay florituras, no hay adornos. Solo frases que duelen más por lo que no dicen.

Cada capítulo es como una bandeja de vísceras bien acomodadas: limpia por fuera, insoportable por dentro.

¿Vale la pena leer Cadáver exquisito?

Sí. Aunque incomode. Aunque revuelva. Aunque te haga mirar diferente la góndola del supermercado.

Porque esta novela no es sobre comer carne humana.

Es sobre cómo se deshumaniza lo que incomoda para justificar lo injustificable.

Sobre cómo nos volvemos cómplices, no por maldad, sino por hábito.

Y eso, en estos tiempos de algoritmos, noticieros edulcorados y distancias emocionales industrializadas… es terror del bueno.

Al cerrar el libro…

No hay alivio.

Hay silencio.

Y la duda incómoda de si en alguna parte de nuestras vidas también hay jaulas con nombre humano.

No de metal. De lenguaje.

Y si seguimos llamando “normal” a lo que, con otra luz, sería puro espanto.

Artículos Relacionados

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Subir

En JuzgaLibros.com usamos cookies propias y de terceros para personalizar contenido, ofrecer funciones de redes sociales y analizar el tráfico. Puedes aceptar, rechazar o configurar tus preferencias. Para más información, consulta nuestra Política de Cookies